Seguro te ha pasado que tienes una idea de negocios y no sabes cómo desarrollarla.
Encontrar una necesidad y tener una noción del cómo satisfacerlo suele ser muy común, pero lograr plasmar toda la idea para darle forma y así iniciar tu emprendimiento es otro asunto.
Y es que, además, necesitas validar el producto o servicio en el mercado antes de dejar todo tu capital o el de los demás en una iniciativa de la que desconoces cuánta aceptación pueda tener por parte de los consumidores.
Hasta hace poco tiempo el desarrollo de un negocio se traducía en rigurosos planes a mediano y largo plazo, en los que se hacían grandes inversiones sin contar con certeza alguna sobre si el bien o servicio tendría el éxito esperado.
Esto resultaba una gran pérdida tanto en tiempo como en dinero, mucho más sobre entornos como los vividos hoy en día cargados de alta complejidad, ambigüedad, volatilidad e incertidumbre.
Ya no es posible trazar estrategias de largo plazo porque estamos conectados, y si lo notas un virus que salió de China ha cambiado al mundo en poco tiempo. Hechos como estos son los que no permiten que puedas tener un claro panorama a muy largo plazo.
Es por ello que, se han desarrollado metodologías como el Lean Startup para abordar el emprendimiento desde una perspectiva diferente.
Con ella, podrás crear paso a paso un modelo de negocios validado en el mercado con la menor inversión posible.
¿Qué es Lean Startup?
Es una metodología creada por Enric Ries, para generar bienes y servicios en condiciones de incertidumbre extremas.
Si bien se habla de Startup para estudiar el comportamiento de productos nuevos en el mercado, lo cierto es que puedes usar la metodología para validar cualquier hipótesis cuando apenas inicias un emprendimiento.
De esta manera, aunque tu producto ya sea conocido en el mercado, puedes crear una configuración única que permita verificar si es aceptada, y así avanzar en planes de inversión o simplemente desecharla a tiempo.
El objetivo del Lean Startup es fracasar rápido y barato.
Y esto no tiene que ver con que te desean el mal durante el emprendimiento, lo que buscas es que inviertas el menor tiempo y dinero posible si es que todo resulta mal.
Seamos honestos, el camino al éxito está abarrotado de fracasos así que sin duda lo mejor es aprovechar los recursos al máximo.
La metodología se basa en tres pasos: crear, medir y aprender.
Este es un ciclo que te ayudará a realizar un ajuste continuo de tus productos o servicios de tal forma que se adecúen cada vez más a lo que pide o necesita el mercado, y así logres alcanzar el éxito que esperas con tu modelo de negocios.
Beneficios del Lean Startup
Sus beneficios son muy importantes para el emprendedor puesto que:
- Permite el ahorro de tiempo y dinero. La idea de esta metodología es que crees un producto con características aceptables y con el que puedas medir rápidamente la aceptación. Nada de invertir en grandes estructuras y planes a largo plazo, se trata de hacer un ciclo dinámico y económico para experimentar en el mercado.
- Incentiva la innovación. Como estás en constante estudio del mercado, obliga a generar ideas que pueden representar incluso un salto exponencial en la configuración del producto o servicio.
- Mejora la satisfacción del cliente. Como se trata de comprender al cliente y sus necesidades, la tendencia es que tus bienes o servicios se adecúen cada vez más a los gustos del consumidor.
Estos son los pasos para aplicar la metodología Lean Startup a tu emprendimiento.
Paso 1.- Crear.
El objetivo es configurar un producto o servicio con las características mínimas para echarlo a andar. Esto se conoce como Producto Mínimo Viable. No tiene que ser perfecto y no esperes nunca hasta llegar a esa perfección para abordar el mercado.
Cuanto antes es mejor.
Empieza por conocer a tu cliente ideal y estudia a fondo sus necesidades. Haz encuestas, indaga todo cuanto puedas.
Si se trata de un producto o servicio en línea, puedes apoyarte en Google Trends u otras herramientas que proporcionan índices de búsqueda por región. De esta manera conocerás si hay una demanda para el producto o servicio.
Crea una propuesta única de valor, es decir formula el bien o servicio, sus características, el precio y tu mercado objetivo.
Para esto puedes apoyarte en el Lienzo Canvas, una herramienta gráfica con la que puedes armar los tópicos del concepto negocio de manera sencilla para que tengas una idea clara de tu hipótesis inicial.
Y ahora sí, genera ese producto mínimo viable que puede ser un modelo a escala, una aplicación con funcionalidades básicas, un servicio con pocas pero atractivas características, incluso una página web con la que puedas echarte a andar en el camino de validación del mercado.
Paso 2.- Medir.
Una vez que tengas tu producto mínimo viable, lánzate al ruedo. La intención en esta fase es verificar qué tanta aceptación tiene tu propuesta en el mercado.
Puedes generar campañas de publicidad por las redes sociales o medios tradicionales para atraer al público hacia tu producto y comenzar a vender o prestar los servicios, con una actitud de escucha sobre la opinión de tus primeros clientes.
Indaga en todos lados, utiliza las analíticas para que evalúes el comportamiento del mercado, obtén todos los datos que puedas y genera conclusiones al menos una vez al mes para que asegures las decisiones en días por venir.
No olvides los análisis financieros, los números llevados de manera ordenada será también un dato determinante sobre el crecimiento o decrecimiento del negocio, necesario para la toma de decisiones.
Todo esto es imprescindible porque al final del día tendrás la certificación por parte de los mismos consumidores sobre si tu producto les satisface una necesidad o no.
La mayoría de las veces las opiniones de las personas cercanas no son las que más se ajustan a tu comprador ideal. No debes basarte solo en esas opiniones porque puedes pasar mucho tiempo invirtiendo sobre un producto o servicio que en realidad no funciona.
Paso 3.- Aprender.
Cuanto más conozcas el comportamiento del mercado, mayor será tu ventaja.
Esta es la intención final del proceso, aprender y aprender para afinar los productos y estrategias hacia los intereses de tus consumidores y lograr el crecimiento del negocio.
En este momento cuentas con los datos y conoces el comportamiento de algunos clientes, ya tienes en tu haber sugerencias y hasta quejas, y es aquí dónde debes evaluar si la hipótesis planteada tiene resultados positivos o no.
Esto es lo que te ayudará a determinar si debes preservar o pivotear. El pivote es un cambio de dirección que se asume bajo una nueva hipótesis sobre el producto y la estrategia.
Si la estrategia y el producto han dado resultados positivos, es tiempo de tomar lo que has aprendido para robustecerlos o crear otros complementarios que fortalezcan el negocio.
Si son negativos, toca asumir el pivote y hacerlo a tiempo puede ayudarte a enfocar mejor tu negocio o asumir el fracaso, pero eso sí, como elemento base para el aprendizaje.
De hecho, si has leído el libro de Crear o Morir de Andrés Oppenheimer, tendrás la referencia de que en Silicon Valley, los grandes inversores para evaluar si aportan capital o no a tu idea o proyecto, te preguntan cuántas veces has fracasado.
La cultura del fracaso es muy importante porque el aprendizaje que de allí se deriva es el más conveniente para cualquier emprendedor, así que no temas jamás hacerlo en términos de negocios.
Una vez que asumas el camino a tomar, corresponde formular nuevas ideas y emprender de nuevo el ciclo.
Conclusiones
Como lo ves, el Lean Startup es una metodología que te ayuda a formular bienes y servicios paulatinamente, centrados en las necesidades del consumidor y que está especialmente pensado para productos innovadores y digitales.
Sin embargo, puedes implementarlo por analogía en tus emprendimientos digitales o no, de tal manera que inviertas los menores recursos para validar al mercado con tu producto o servicio.
Te ayuda a emprender con poca inversión mientras que estudias el comportamiento del mercado para determinar si tu hipótesis de producto o servicio tiene real acogida por parte del segmento de mercado al que apuntas.
Se basa en tres pasos fundamentales que son crear, medir y aprender.
En inicios se trata de crear un bien o una configuración de servicio llamado Producto Mínimo Viable que es una versión aceptable, nunca perfecta, para que puedas salir rápido al mercado y así empezar el proceso de validación.
Durante este proceso, debes tratar en lo posible de obtener la mayor cantidad de datos e información desde cualquier fuente, aquí sales al ruedo y observas el comportamiento de tu producto o servicio con total plenitud.
Finalmente, realiza los análisis del producto y la estrategia para determinar si tu hipótesis, es decir productos y servicios, ha cumplido su cometido o si debes pivotar.
De aquí en adelante, corresponde seguir el ciclo mientras que sumas nuevas características que aporten valor a tus productos y servicios o creas otros que complementen la estrategia del negocio para llevarlo al máximo crecimiento.
Si has llegado hasta aquí con la lectura de éste artículo, no me queda más que agradecerte y desear éxitos en tus nuevos proyectos y/o ideas. 😉